In consejos, suelo pélvico

¿Quieres tener un suelo pélvico en forma? No te pierdas este post porque te interesa, ¡y mucho!

Aquí te dejamos 5 recomendaciones que te ayudarán a conseguirlo:

  1. CONOCE TU SUELO PÉLVICO:
    1. Es vital que conozcas tu suelo pélvico. Para ello, a parte de ver imágenes ilustrativas que te ayudarán a conocerlo mejor, lo mejor es que te veas y te toques a ti misma. Mira tu anatomía, pálpate los huesos de la pelvis, la cadera,… Muévete, y nota como las estructuras se modifican.
  2. REALIZA EL EJERCICIO QUE MÁS TE GUSTE, Y CÉNTRATE EN TU SUELO PÉLVICO:
    1. Hagas el ejercicio que hagas (correr, yoga, pilates, básquet,…), céntrate en tener tu zona abdominal baja y tu suelo pélvico controlados.
    2. Seguro que has oído hablar de la famosa «cremallera» en muchos deportes. Símplemente quiere decir que cuando hagas actividad física, contraigas un poco la zona abdominal baja, como cuando quieres ponerte unos pantalones que te apretan un poco y te cuesta subir la cremallera y abrocharlos (y sumarle la contracción de suelo pélvico).
    3. Acuérdate de poder respirar mientras tienes el abdomen y el suelo pélvico contraídos. Si no puedes, es que estás contrayendo demasiado.
  3. NO AGUANTES LA RESPIRACIÓN: 
    1. Al realizar deporte, o un esfuerzo (como puede ser llevar unas bolsas, sentarte, levantarte,…), ¡no mantengas la respiración! Al mantener la respiración estamos aumentando la presión abdominal y haciendo que nuestro suelo pélvico sufra de más.
  4. NO RETENGAS MUCHO TIEMPO LA ORINA O LAS HECES: 
    1. Escucha a tu cuerpo, si te pide ir al baño, no lo retrases mucho. Los reflejos de nuestro cuerpo son muy sabios, y es cierto que hemos aprendido mecanismos de continencia para retrasar estas «llamadas de la naturaleza» si el momento no es adecuado, pero no se debe convertir en un hábito.
    2. Si aguantamos mucho las ganas de orinar, nuestra vejiga se va a hacer más grande y producir otras alteraciones de la micción. Así mismo, cuando las heces llegan al recto deberían ser expulsadas lo antes posible, ya que el recto no es un almacén, y de la misma manera, puede hacerse más grande y producir alteraciones defecatorias.
  5. BEBE AGUA Y ALIMÉNTATE DE FORMA SALUDABLE:
    1. Parece una tontería que siempre se dice, pero ésta es nuestra gasolina. ¿Os imagináis llenar el tanque de vuestro coche diesel con gasolina? Pues, de la misma forma, debemos ofrecerle a nuestro cuerpo la «gasolina» que necesita para que todos los tejidos estén «nutridos». El suelo pélvico no es sólo musculatura, tiene muchos tejidos, y todos necesitan una buena alimentación y hidratación para poder regenerarse y formarse de manera adecuada.

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¡Hasta pronto!

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