In dolor, Feldenkrais, Fisioterapia

¿Por qué hago lo que hago? ¿Por qué siempre repito los mismos patrones de conducta o de acción? ¿Soy consciente de mi bienestar? ¿Me esfuerzo y sacrifico para afrontar los retos de mi vida? ¿O lo que deseo es afrontar los retos con entusiasmo y sin que los fracasos me hagan renunciar a la búsqueda de mis capacidades? ¿Cómo puedo mejorarme? ¿Cómo puedo acceder al potencial que tengo como persona, como ser humano? 

Estas pueden ser preguntas que te has hecho o te podrías hacer en algún momento de tu vida. 

Para Moshé Feldenkrais, el movimiento es la vía de acceso para llegar a ese potencial creativo de cambio en todos los aspectos de tu vida. Para cambiar algo ya instaurado en tu sistema tiene que haber un aprendizaje, una experiencia consciente que te ofrezca, a nivel sensorial y emocional, un interés por esa nueva información, sea de la índole que sea. Para aprender necesitas hacer. Para Moshé Feldenkrais, pensamiento y acción forman parte de un todo (no hay movimiento sin pensamiento y no hay pensamiento sin movimiento). 

Por lo tanto, es a través del movimiento consciente como se produce el aprendizaje que te dará opciones de elegir un patrón de conducta o acción diferente. La condición o requisito para este aprendizaje o cambio es la atención en el proceso, porque sin atención vuelves al hábito, a lo mecánico. 

Para que las nuevas opciones aparezcan tienes que sentirlas. Si haces un movimiento pensado y emocionalmente sentido, con sutileza, de manera que el inicio del movimiento sea la parte fundamental de tu atención, tendrás la posibilidad de “darte cuenta de cómo lo haces”. De esta forma, tu sistema parasimpático prevalece y favorece el aprendizaje. Esto produce beneficios adicionales en cómo te relacionas con tu entorno, e incidirá en tu calidad de vida. 

Otro requisito a tener en cuenta para aprender es “no alertar” a tu sistema nervioso. Por lo tanto, en la práctica de Feldenkrais se evita poner atención en el foco del problema (ya sea dolor, rigidez, límites, imposibilidad de movimiento…), y se hace hincapié en aumentar el “saber kinestésico”, el saber sensorial, el sentir el patrón de movimiento necesario. 

Mantenerte en una actitud de “aprendiz” para moverte sin dolor, sin prisa y con placer, te permitirá encontrar opciones más eficaces para poderlas utilizar cuando tu sistema lo considere conveniente. Si solo hay una opción, no hay libertad de elección. “Libertad” y “dignidad” son dos valores que caracterizan las enseñanzas de Moshé Feldenkrais. 

La eficacia del movimiento está relacionada con la “función”, es decir, “para qué” haces el movimiento. Por ejemplo, levantar un brazo para coger algo de un armario, agacharte para coger algo del suelo o atarte los zapatos, sentarte para trabajar con el ordenador… 

Si aprendes a sentir pequeñas diferencias entre hacer un movimiento de una manera determinada y de otra manera que implique menos esfuerzo (menos cansancio, menos dolor, mejor respiración, sin necesidad de utilizar músculos o partes de ti que no sean necesarias para esa acción), habrá una mejor organización de tu movimiento, es decir, podrás utilizar las diferentes partes que intervienen en un movimiento o acción de una manera más óptima, más adecuada, lo que dará como resultado una mayor organización. Por ejemplo, al levantar el brazo para coger algo del armario, tienes la posibilidad de, no solo utilizar tu brazo hasta el nivel del hombro, sino de darte cuenta de que tu brazo está conectado a través de articulaciones, músculos y fascias hasta los pies.

Aprender a organizarte mejor te ofrece un mayor sostén de tu esqueleto en relación al suelo, una mejor acomodación de tus partes óseas en relación a la gravedad que da como resultado una sensación de ligereza pero a la vez de arraigo al suelo, a la tierra.

La práctica de Feldenkrais te enseña a unificar el sentimiento, la sensación y la emoción para expresarlo a través del movimiento con la totalidad del Ser.

Según Moshé Feldenkrais, estos 4 aspectos forman parte de un todo y, si cambias o modificas uno, todos se modifican.

Si organizas mejor tu movimiento, mejorará tu organización emocional.

Antonio Damasio, neurocientífico y médico neurólogo, dice: “Las sensaciones del cuerpo son las emociones que guían la toma de decisiones”.

Cuanta más conciencia y conocimiento tengas de ti mismo, más ampliarás tu libertad de decisión.

Tus decisiones construyen tu vida. Date el permiso para sentirte y el permiso para aprender y cambiar. El potencial de cambio es ilimitado. 

 

  • Isabel Lamas
    Isabel Lamas

    Diplomada en Fisioterapia. Profesora del Método Feldenkrais acreditada por la EUROTAB en 2012. Actualmente impartiendo sesiones grupales e individuales en RAPbarcelona, NeuroSalud Barcelona (centro de NeuroRehabilitación), Bodhivita (centro de Salud Integral), Namaste (Asociación para el Desarrollo Integral de la Persona) y Casal de Barri Cardener.

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