Si estás leyendo este texto es porque te interesa qué se puede hacer con la incontinencia anal. Puede que, como muchos, la estés sufriendo en silencio. Debes saber que hay muchas personas a tu alrededor que padecen de este síntoma y no lo sabes porque son cosas de las que no se suele hablar en sociedad… Aquí van algunos aspectos que, desde el punto de vista de la fisioterapia, consideramos deberías conocer.
¿Cómo nuestro cuerpo es capaz de evitar los escapes de gases/heces? Pues la verdad, es que el organismo dispone de un complejo sistema para poder cumplir con esta función. Vale la pena conocerlo ya que es la clave para poder determinar qué tienes que reeducar o tratar. Aunque te hayan diagnosticado una lesión irreversible, vale la pena entrenar y potenciar al resto de estructuras de tu suelo pélvico para minimizar el síntoma logrando buenas compensaciones.
La consistencia de las heces: Las heces no deberían ser ni muy duras ni muy líquidas ya que ambas opciones podrían influir negativamente sobre este complejo sistema.
Aquí tienes un dibujo de la Escala de Bristol para que puedas identificar cómo es la textura de tus heces sabiendo que la normalidad sería estar en el tipo 2 ó 3.
Escala de heces de Bristol. Heaton, K W & Lewis, S J 1997, «Stool from scale as a useful guide to intestinal transit time». Scandinavian Journal of Gastroenterology, vol.32, no.9,pp.920-924.
Si tus heces son muy duras, generalmente necesitarás realizar un esfuerzo muy grande para evacuarlas. Si este esfuerzo lo realizas de forma repetida, las estructuras que se encuentran en la región pélvica (nervios, fascias, músculos…) irán dañándose poco a poco,a lo largo del tiempo, por lo que se recomienda NO hacer un esfuerzo excesivo al defecar. Para mejorar esta situación podrías probar de cambiar la postura con los pies más elevados simulando una postura más parecida a las cuclillas que a estar sentado en una silla (observa el dibujo). Si esto no fuera suficiente, en la consulta de fisioterapia del suelo pélvico puedes aprender a realizar correctamente una maniobra defecatoria que realmente esté facilitando la evacuación.
Si tus heces son muy líquidas las ganas de defecar vienen de forma urgente e imperiosa. A nuestro organismo le cuesta mucho retenerlas aunque tenga un sistema muscular muy potente. Piensa que nuestro cuerpo está diseñado para facilitar la evacuación de las diarreas para expulsar lo que interpreta que pudiera ser nocivo para el organismo (se trata de un inteligente mecanismo de protección). Deberías tratar de resolver lo que, a nivel digestivo, está provocando que esas heces sean líquidas. Visita a un especialista (se podría linkar con el apartado nutrición-PNI) para que te indique cuáles son los alimentos que ayudan a generar unas heces más sólidas.
Paralelamente, puedes realizar ejercicios para fortalecer los músculos de tu suelo pélvico y poder posponer la evacuación de manera que te dé tiempo de llegar al wc.
La musculatura del suelo pélvico:
El conjunto de músculos que forman el suelo pélvico están implicados en la continencia, éstos pueden haberse lesionado por diversos motivos como son una cirugía de fisura anal, desgarro en el parto, esfuerzos repetitivos por estreñimiento o traumatismos de distintas índoles. Cuando está lesionado alguno de los músculos que forman el sistema de esfínteres (el cierre) del canal anal, ¡¡no todo está perdido!! Hay mucha gente que tiene una lesión en el ano objetivada con pruebas médicas de diagnóstico por imagen y no tienen ningún escape. El síntoma dependerá de la severidad de esa lesión y de cómo estén funcionando el resto de estructuras que ayudan en la función de ese sistema. Para mejorar la situación:
- Localiza tu suelo pélvico, identifica los distintos músculos que lo forman. Tomando consciencia de los músculos será más fácil lograr entrenarlos adecuadamente. Podrías ayudarte de un espejo o de la autopalpación para objetivar el movimiento de cierre.
- Entrena los músculos realizando distintos tipos de contracciones. Procura hacerlo siempre manteniendo una respiración natural, no la bloquees. Para poder contener las heces sería conveniente poder alcanzar a realizar contracciones de 30 segundos, pero probablemente tengas que empezar por series de contracciones más cortas y podrás ir progresivamente aumentando el tiempo de trabajo muscular. Repite 10 contracciones seguidas (con tiempos de 30 segundos de descanso entre ellas) en 3 momentos del día.
También deberías practicar contracciones cortas y de mayor intensidad. O sea, contrae repentinamente tu musculatura aplicando su máxima fuerza y, en 2 segundos, relájala. Puede resultar muy difícil cuando aún no tenemos un buen control motor, pero con la práctica se mejora. Repite 10 contracciones seguidas (con tiempos de 6 segundos de descanso entre ellas) en 3 momentos del día.
- Entrena tu musculatura en distintas posturas: Bravo! has logrado localizarla y que te obedezca, ahora prueba de hacerlo en posiciones estáticas estirada, sentada, de pie… y en situaciones dinámicas como al levantarte, sentarte, dar un paso largo o incluso un pequeño salto.
Si tienes la impresión de que la musculatura de los esfínteres no te está obedeciendo claramente o de que incluso no sabes identificarla para entrenarla, no dudes en dirigirte a un fisioterapeuta experto que con distintos métodos (ejercicios dirigidos y/o biofeedback) logrará que domines tu musculatura perineal.
Los esfuerzos en las actividades de la vida cotidiana pueden venir acompañados de escapes de gases o heces cuando nuestra musculatura perineal está deteriorada y realizamos los gestos de forma inadecuada.
Procura contraer la musculatura del suelo pélvico y mantener una respiración natural (sin bloquear la respiración) durante los esfuerzos. Esto te resultará más fácil si previamente has entrenado los ejercicios que anteriormente te hemos propuesto.
Si continúas observando escapes asociados a momentos de pequeños esfuerzos como levantarte de una silla, agacharte, empujar un mueble o escurrir una fregona… no dudes en dirigirte a un fisioterapeuta que te enseñe a activar correctamente los músculos del suelo pélvico y el abdomen en el momento justo del esfuerzo.
El reflejo gastro cólico consiste en el hecho de que después de las comidas se movilizan los intestinos y es más fácil que aparezca necesidad de defecar. En función de cuáles sean tus horarios, podrías procurar despertarte suficientemente temprano como para poder estar tranquilamente en casa unas horas y desayunar y moverte. Propiciando que aparezca el reflejo gastrocólico y puedas defecar antes de salir de casa, así irás más tranquila/o por la calle.
Los hábitos saludables que no debes olvidar:
– Higiene íntima con agua y/o soluciones no jabonosas.
– Puntualmente puedes hacer uso de tampones anales.
– Hidratación adecuada para mantener hidratados y sanos nuestros tejidos.
– Infórmate con el experto acerca de productos para regenerar la piel del entorno anal.
ATRÉVETE A HABLARLO!
Nunca es tarde para intentarlo, podrías sorprenderte de cómo el organismo puede cambiar con los estímulos adecuados.
- Laia Blanco
Fisioterapeuta experta en la reeducación de las disfunciones del abdomen y suelo pélvico. Fundadora, codirectora y clínica en centro de fisioterapia del suelo pélvico RAPbarcelona. Docente en diversas formaciones como experta en reeducación del suelo pélvico: U-Manresa, UIC Barcelona, EUSES campus Barcelona, Instituto Guttmann y FCS Blanquerna. Colaboradora en el equipo de investigación y docencia de RAPbarcelona.