In suelo pélvico

“No tengo incontinencia urinaria pero noto dolor, pesadez e incomodidad en la vulva.”

 

“A veces noto un “bulto” que asoma, sobretodo al final del día, pero no siempre. “

 

“Tengo molestias en las relaciones sexuales, sobretodo en la penetración profunda.”

 

“Tengo incontinencia urinaria y cada vez va a peor”

 

Si te identificas con alguna de estas frases, te interesa leer este artículo.

 

La Incontinencia Urinaria es de las patologías de suelo pélvico más conocidas, sobretodo después del parto, pero no es la única, y no tiene por qué aparecer sola. A lo mejor has oído hablar sobre los prolapsos, pero no sabes que son, y te parece que es algo muy grave y que no puede pasarle a una mujer joven.

 

Pero, ¿Qué es un prolapso?

Un prolapso no es más que el descenso o caída de uno o más órganos de la pelvis hacia el exterior. Las vísceras que suelen descender son la vejiga, el útero o el recto.

Esto no quiere decir que para tener un prolapso tengas que notar algo que sobresale totalmente por tu vagina, sino que hay varios grados. De hecho, es una de las patologías que es importante tratar antes de que aparezca hacia al exterior.

 

¿Cómo se si tengo un prolapso?

Los síntomas que nos suelen indicar que podría haber un prolapso son los siguientes:

  • Pesadez vulvar, sobretodo al final del día.
  • Tirantez perineal
  • Dificultad al orinar o al defecar
  • Tener la vagina más abierta, notando algún bulto (visible o no)
  • Infecciones vaginales recurrentes
  • Molestias en las relaciones sexuales
  • Incontinencia Urinaria

 

¿Qué actividades provocan un prolapso o lo empeoran?

Entre las causas que pueden provocar un prolapso están el parto, la menopausia (por la pérdida de estrógenos), estreñimiento crónico, enfermedades respiratorias (que provoquen tos), y el deporte de impacto (running,…), entre otras.

 

¿Y si tengo un prolapso qué hago? ¿Me tendré que operar?

Tranquila, antes de pensar en eso hay muchas cosas que analizar. Primero, como hemos comentado antes, hay muchos tipos de prolapsos. La diferencia entre tratamientos sobretodo la va a dar el saber si ese “bulto” (que en realidad es una víscera que desciende) está asomando al exterior, o simplemente ha descendido un poco, pero se mantiene en el interior.

Si ésta se mantiene en el interior, es muy probable que simplemente realizando una serie de ejercicios, reeducación de tus actividades diarias y rehabilitación sean suficientes.

En el caso de que la víscera descendida ya sea visible completamente, es probable que haya que realizar una operación en la que ésta se vuelve a colocar en su sitio.

 

Por tanto, si tienes dudas sobre tus síntomas, lo recomendable es que busques un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico para que te realice una valoración y te pueda guiar sobre tu caso.

 

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