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Las revisiones fisioterapéuticas y ginecológicas son diferentes. ¿Sabes por qué es importante realizarte las dos?

Empecemos por las similitudes entre las dos revisiones:

En las dos se realiza primero un interrogatorio clínico dónde se pregunta sobre cuestiones importantes para poder reconocer síntomas o patologías que se deberán tratar.

Después del interrogatorio clínico, se realizará una exploración física, en las dos revisiones igual, en posición ginecológica.

¿Y cuáles son las diferencias?

Los objetivos de las dos revisiones son diferentes. La finalidad de la revisión ginecológica es la prevención y detección de alteración sobretodo de los órganos reproductores, enfermedades de transmisión sexual, cáncer ginecológico y cáncer de mama. En la exploración ginecológica, se valorarán también las mamas, y a nivel vaginal se utilizará un espéculo, y puede que tengan que tomar muestras de tejido o flujo para analizar.

La finalidad de la revisión fisioterapéutica es la prevención y detección de alteraciones funcionales de la mecánica miccional y defecatoria, el buen funcionamiento de todo el sistema musculoesquelético a nivel del suelo pélvico, abdomen, diafragma, caja torácica, cadera,… Por eso, en la revisión fisioterapéutica también se valora la postura, y se tratan y trabajan zonas que puede parecer que están alejadas de nuestro problema, pero que tienen una relación directa para la buena función del suelo pélvico.

¿Y cuándo debo realizarme cada una de las revisiones?

Se recomienda realizarse una revisión ginecológica al año, para poder prevenir enfermedades como el cáncer ginecológico o de mama.

La revisión fisioterapéutica se debería realizar sobre todo tras el parto, pero también sería interesante realizarla durante el embarazo (para poder prevenir futuras complicaciones en el postparto). No sólo el embarazo o el parto son posibles causas de síntomas y problemas por los que deberíamos realizar una revisión, sino que hay otras en las que también sería recomendable. Por ejemplo, si realizamos deporte de impacto, si tenemos problemas con las relaciones sexuales, si tenemos pequeños escapes de orina, o no podemos aguantar las ganas de orinar y tenemos que correr al baño; si tenemos sensación de peso o ocupación vaginal, si tenemos estreñimiento crónico,…

 

Por todo esto, tanto la revisión ginecológica como la fisioterapéutica son importantes, y se complementan la una con la otra, para poder valorar por completo el sistema uroginecológico.

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